Buenas. Hoy os traigo una receta de plato único muy apropiada para gente que haga deporte, o que necesite mucha energía, aunque también vale si simplemente te apetece comer algo muy rico y sanote. Necesitaremos una paellera, pero también se puede hacer en una cazuela honda y grande. Las cantidades que os pongo son para unas 3 o 4 personas que coman normal, o para 2 si comen mucho, como yo. Ya os he dicho que es plato único, pero aun así, lo podéis acompañar de una ensalada de lechuga y tomate, por si acaso alguien se ha quedado con hambre.
Ingredientes:
Una taza de arroz blanco.
600 gr de muslo de pollo trozeado (una bandeja del super más o menos).
Medio pimiento verde.
Media cebolla.
Un bote pequeño de guisantes (200 gr de peso neto).
Unas diez rodajas de sarta dulce (chorizo para cocinar) partidas en taquitos.
Un diente de ajo.
Aceite de oliva.
Sal
Para decorar:
Tiras de pimiento de piquillo de bote o lata.
Un huevo cocido.
Preparación:
En la paellera, con aceite de oliva a fuego fuerte, ponemos a dorar el diente de ajo muy picado, y marcamos el pollo, es decir, lo tostamos por fuera (aunque por dentro se quede crudo). Retiramos y reservamos.
En la misma paellera, con el mismo aceite (podemos añadir un poco si nos ha quedado poco), pero ahora a fuego medio, rehogamos la cebolla, los trozos de chorizo y el pimiento verde cortados en trozos pequeños. Cuando esté blandito y empiece a dorarse, añadimos la taza de arroz y le damos un par de vueltas para repartirlo y que se engrase bien. Cuando el arroz empieza a dorarse, añadimos el doble de agua, es decir, si hemos echado una taza de arroz, ahora echamos dos tazas de agua. Veremos como poco a poco, el agua empezará a hervir, y el arroz a crecer.
Al cabo de un cuarto de hora más o menos, que es cuando suele pedirnos el arroz algo más de agua, añadimos el pollo, y los guisantes. Damos un par de vueltas con cuidado, sólo para que el pollo y los guisantes se repartan bien (ya no vamos a dar más vueltas al arroz). Ahora es un buen momento para añadir sal al gusto, aprovechando estas vueltas. Atentos aquí. Yo en este paso, echo el líquido del bote de los guisantes directamente, que además de hacer la misma función del agua, aporta algo de aroma al plato y queda muy rico. Aún así, si necesita más agua, añado un poquito de agua normal a mayores.
Ahora el truco es ir viendo lo que nos pide el arroz. Debemos tener en cuenta que no debemos dar vueltas al arroz, ya que nos quedaría una pasta pegajosa. Podemos sin embargo dar un meneito de vez en cuando a la paellera. Si vemos que apenas queda agua y al probar el arroz aun esta duro, añadiremos agua de poco en poco. Ya os he comentado en otras recetas que es mejor añadir a poquitos varias veces que añadir mucho de una vez y pasarnos. También es importante que vayáis probando de vez en cuando a ver si ya está a punto o no. Y por último, os tengo que recalcar también que el fuego debe estar a potencia media, si lo tenéis demasiado fuerte el agua se evapora demasiado pronto y el arroz no puede absorberla. Para que os hagáis una idea, mi vitro tiene 6 niveles de calor. Yo hice este arroz al nivel 4.
Cuando veamos que ya está casi listo (que suele ser a los 25 minutos, cinco minutos arriba cinco minutos abajo), dejamos que termine de evaporarse casi todo el agua (veremos alguna burbujita asomar desde el fondo de la paellera entre los granos de arroz). Retiramos entonces del fuego y dejamos reposar destapado unos 5 minutos. Podemos aprovechar entonces para decorar con las tiras de pimiento de piquillo y el huevo duro. Ya está listo para servir.
Espero haberme sabido explicar bien. Si hay alguna cosa que ha quedado poco clara, escribidme aquí. A ver si os gusta este plato. La verdad es que me hace mucha ilusión cuando me decís que habéis probado mis recetas y que estaban muy ricas. Muchos besos y abrazos.
Comentarios
Publicar un comentario